En un artículo publicado en la revista Blood, investigadores demuestran que la asociación del antihipertensivo amplodipino con la terapia quelante convencional ayuda a combatir problemas de salud provocados por la acumulación de hierro en los órganos (foto: Wikimedia Commons)

Un estudio sugiere un nuevo protocolo para el tratamiento de la talasemia
08-12-2016

Investigadores demuestran que la asociación del antihipertensivo amplodipino con la terapia quelante convencional ayuda a combatir problemas de salud provocados por la acumulación de hierro en los órganos

Un estudio sugiere un nuevo protocolo para el tratamiento de la talasemia

Investigadores demuestran que la asociación del antihipertensivo amplodipino con la terapia quelante convencional ayuda a combatir problemas de salud provocados por la acumulación de hierro en los órganos

08-12-2016

En un artículo publicado en la revista Blood, investigadores demuestran que la asociación del antihipertensivo amplodipino con la terapia quelante convencional ayuda a combatir problemas de salud provocados por la acumulación de hierro en los órganos (foto: Wikimedia Commons)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – La acumulación de hierro en las células del corazón, que puede derivar en insuficiencia cardíaca o en arritmias fatales, constituye en una de las complicaciones de salud más temidas por los portadores de talasemia mayor, una enfermedad hereditaria popularmente conocida como anemia mediterránea.

En un artículo publicado en la revista Blood, científicos brasileños demostraron que puede combatirse este problema mediante la administración diaria de amplodipino, un medicamento barato y con pocos efectos colaterales que se encuentra disponible en el Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil para el tratamiento de la hipertensión.

“Este fármaco ha sido utilizado en la clínica desde hace décadas y se lo considera seguro para adultos y niños. Puede empleárselo junto con el tratamiento convencional con un importante beneficio para los pacientes y pocos efectos colaterales”, afirmó Juliano de Lara Fernandes, investigador del Instituto de Enseñanza e Investigación José Michel Kalaf, con sede en Campinas (São Paulo, Brasil), y coordinador del estudio que contó con el apoyo de la FAPESP.

El trabajo se desarrolló en colaboración con investigadores del Centro de Hematología y Hemoterapia (Hemocentro) de la Universidad de Campinas (Unicamp), el Centro Infantil Boldrini y el Centro de Hematología de São Paulo, entre otras instituciones.

Según explicó De Lara Fernandes, la talasemia mayor es causada por una mutación genética que compromete la estructura de la hemoglobina, la proteína que le imprime el color rojo a la sangre. Como resultado de ello, se forman hematíes más frágiles, con menor tiempo de duración en el organismo y menor capacidad de transportar oxígeno.

Para evitar los perjuicios ocasionados por la anemia crónica, los portadores de la enfermedad deben pasar por transfusiones sanguíneas cada tres o cuatro semanas. Pero este tratamiento provoca un efecto adverso: aumenta la concentración de hierro en el organismo.

“Normalmente, cuando se producen nuevos hematíes, se reaprovechan las existencias de hierro presentes en las células antiguas. Pero cuando el paciente recibe una transfusión, con la sangre agregada viene una cantidad extra de este mineral. Al cabo de diez transfusiones, llega a duplicarse su concentración”, explicó el investigador.

Como en el cuerpo humano no existen mecanismos con la función de excretar el hierro excedente, esta sustancia va acumulándose en las células de diversos órganos, especialmente en las del corazón y del hígado. Para mitigar este problema, suele tratarse a los pacientes con medicamentos quelantes, que son sustancias capaces de unirse al hierro y producir así un compuesto que puede excretarse a través de la orina o de la materia fecal.

“La terapia quelante funciona bien en órganos periféricos, pero luego de que el mineral ingresa en las células del corazón se hace difícil sacarlo de allí. Las disfunciones miocárdicas constituyen actualmente la principal causa de mortalidad entre los talasémicos, y pueden surgir a partir de los 10 años de edad”, afirmó De Lara Fernandes.

Según el investigador, el gran problema ocurre cuando ingresa en las células cardíacas una especie tóxica de hierro conocida como NTBI (hierro libre no unido a transferrina, por sus siglas en inglés), que puede causar la muerte celular. Normalmente, estas moléculas se encuentran presentes en pequeñas cantidades en la circulación, pero su concentración puede aumentar con las sucesivas transfusiones.

Mientras que en el hígado las moléculas de hierro NTBI pueden entrar y salir libremente sin perjudicarlo con severidad, para penetrar en las células cardíacas dependen de un tipo específico de canal cuyo papel principal consiste en transportar moléculas de calcio hacia el medio intracelular.

“Pensamos entonces que drogas capaces de bloquear este canal de calcio podrían también evitar la entrada del hierro tóxico en las células cardíacas y aumentar la eficacia de la terapia quelante. Los bloqueadores del canal de calcio son fármacos ampliamente utilizados para tratar problemas tales como la hipertensión y las arritmias", comentó De Lara Fernandes.

Ensayo clínico

Para poner a prueba esta hipótesis, se seleccionaron 62 pacientes con talasemia mayor divididos en dos grupos. Como la enfermedad es rara, se considera que esta cifra es bastante representativa. Ambos grupos en estudio recibieron la terapia quelante convencional, pero sólo uno fue sometido al tratamiento asociado a la amplodipino. Al otro se le administró un placebo.

Antes de iniciar el ensayo clínico, a todos los pacientes se les realizó a un estudio de resonancia magnética cardíaca y hepática, que permite verificar si existe sobrecarga de hierro en dichos órganos. De acuerdo con el resultado, los participantes de cada grupo quedaron subdivididos en referencia a si exhibían o no acumulación de hierro cardíaco inicial. Al cabo de un año de seguimiento, se repitieron los exámenes.

“En los pacientes que exhibían sobrecarga inicial de hierro cardíaco y que fueron tratados con amplodipino, se registró una disminución del 21% en la concentración del mineral en los órganos, en tanto que en aquéllos que se detectó sobrecarga y recibieron únicamente quelante y placebo hubo un aumento del 2%”, comentó el investigador.

En tanto, cuando se compararon únicamente los datos de los subgrupos sin sobrecarga, los resultados de aquéllos a quienes se les administró amplodipino fueron similares a los de los participantes que recibieron placebo.

“Es posible que fuese necesario realizar un seguimiento más largo para verificar los beneficios de la terapia preventiva con amplodipino, es decir, en aquellos pacientes aún no padecen sobrecarga de hierro. No obstante, en los pacientes que ya presentan acumulación de hierro, los resultados muestran que vale la pena administrarles amplodipino. No es necesario alterar el tratamiento que se les es aplica: basta con sumar el antihipertensivo por vía oral diariamente”, evaluó De Lara Fernandes.

De acuerdo con el investigador, existen actualmente en Brasil unos 350 pacientes que padecen talasemia mayor, que es la forma más grave de esta enfermedad y está asociada a la presencia de la mutación en homocigosis (heredada del padre y de la madre). En tanto, los portadores de talasemia intermedia (con la mutación heredada de uno solo de los progenitores) suman aproximadamente 700 personas en Brasil y pueden no presentar síntomas, o exhibir una manifestación más leve de la enfermedad, razón por la cual necesitan transfusiones con menor frecuencia.

Puede leerse el artículo A randomized trial of amlodipine in addition to standard chelation therapy in patients with thalassemia major (doi: 10.1182/blood-2016-06-721183) en el siguiente enlace: bloodjournal.org/content/128/12/1555.long?sso-checked=true.

 

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