El estudio clínico se realizó en esa universidad paulista, en Brasil, con 44 voluntarios con la enfermedad avanzada. La aprobación de la patente en Estados Unidos facilitaría la interlocución de los investigadores con la industria farmacéutica, necesaria para la concreción de las próximas etapas de desarrollo del fármaco (foto: archivo de los investigadores)
El estudio clínico se realizó en esa universidad paulista, en Brasil, con 44 voluntarios con la enfermedad avanzada. La aprobación de la patente en Estados Unidos facilitaría la interlocución de los investigadores con la industria farmacéutica, necesaria para la concreción de las próximas etapas de desarrollo del fármaco
El estudio clínico se realizó en esa universidad paulista, en Brasil, con 44 voluntarios con la enfermedad avanzada. La aprobación de la patente en Estados Unidos facilitaría la interlocución de los investigadores con la industria farmacéutica, necesaria para la concreción de las próximas etapas de desarrollo del fármaco
El estudio clínico se realizó en esa universidad paulista, en Brasil, con 44 voluntarios con la enfermedad avanzada. La aprobación de la patente en Estados Unidos facilitaría la interlocución de los investigadores con la industria farmacéutica, necesaria para la concreción de las próximas etapas de desarrollo del fármaco (foto: archivo de los investigadores)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – Un medicamento desarrollado en la Universidad de Campinas (Unicamp, en São Paulo, Brasil) y recientemente patentado en Estados Unidos, se ha mostrado prometedor en el tratamiento del cáncer de vejiga. Los resultados de un ensayo clínico que contó con la participación de 44 pacientes con un cuadro avanzado de la enfermedad se dieron a conocer recientemente, durante el 22º Congreso Brasileño de Oncología Clínica.
El tratamiento experimental eliminó los tumores en un 77,3 % de los participantes, y en los restantes casos la enfermedad volvió con menor intensidad. Los voluntarios se someten a un seguimiento que se extiende ya hace dos años y, hasta ahora, ninguno ha muerto o hubo que extirparle la vejiga. La investigación cuenta con el apoyo de la FAPESP.
“Se trata de un inmunoterapéutico totalmente desarrollado en una universidad pública brasileña y cuya patente es un 100 % de sus inventores, algo disruptivo e inédito en el país. Esto abre la posibilidad de negociación con grandes compañías farmacéuticas, que podrán ayudarnos a sacar el producto al mercado”, le dice a Agência FAPESP Wagner José Fávaro, docente del Instituto de Biología de la Unicamp e inventor del fármaco junto a Nelson Duran, su colega de departamento.
Para llevar adelante las etapas finales de desarrollo del fármaco, los investigadores crearon la startup Nanoimmunotherapy Pharma Ltda. (NImm-Pharma) y, con el apoyo de la Agencia de Innovación (Inova) de la Unicamp, esperan obtener pronto la patente del “OncoTherad” también en Europa. El inmunoterapéutico empezó a desarrollarse hace alrededor de 13 años con el objetivo de estimular al sistema inmunitario en el combate contra enfermedades infecciosas y tumores. Está compuesto por una nanopartícula totalmente sintética, que induce en el organismo una respuesta inmune de linfocitos T, es decir, activa determinados tipos de linfocitos que producen una proteína llamada interferón (IFN), importante tanto para combatir el cáncer como también hacer lo propio con algunos virus y bacterias. Este trabajo también tuvo el apoyo de la FAPESP a través del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología en Materiales Complejos y Funcionales (Inomat), coordinado por el profesor Fernando Galembeck, del Instituto de Química de la Unicamp.
Recientemente, los científicos empezaron probarlo en el tratamiento del COVID-19 (lea más en: agencia.fapesp.br/33475/). Pero el estudio más avanzado está relacionado con el cáncer de vejiga.
La metodología
El ensayo clínico que se conoció en el Congreso Brasileño de Oncología Clínica –reconocido con el Premio SBOC de Ciencia– empezó en 2018 en el Hospital Municipal de Paulínia, un municipio situado cerca de Campinas, y contó con el seguimiento del médico urólogo João Carlos Cardoso Alonso. Inicialmente fueron reclutados 58 voluntarios, pero solamente 44 (30 varones y 14 mujeres) reunían todos los criterios para su inclusión en la investigación.
“El objetivo era testear la seguridad y la eficacia del inmunoterapéutico en pacientes que no respondieron al tratamiento de primera línea para tumores no músculoinvasivos”, comenta Fávaro.
Tal como explica el investigador, el cáncer de vejiga empieza generalmente entre las células que revisten internamente el órgano. Los tumores considerados músculoinvasivos (capaces de propagarse hacia la musculatura de la vejiga y potencialmente causar metástasis) son considerados de alto riesgo y, para esos casos, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica total de la vejiga (cistectomía radical). En tanto, en los portadores de tumores no músculoinvasivos, alrededor del 70 % de los casos, se efectúa únicamente un raspaje de la lesión a través de la uretra (resección transuretral). Y la cirugía es seguida por aplicaciones locales de BCG, la misma fórmula aplicada en la prevención de la tuberculosis. El objetivo de esta terapia consiste en “despertar” al sistema inmunitario para evitar que el tumor vuelva a crecer.
“La inmunoterapia con BCG se desarrolló en 1976 y hasta ahora no ha surgido nada mejor. El problema reside en que en aproximadamente la mitad de los pacientes el tumor reaparece”, explica Fávaro.
Cuando la enfermedad regresa aún en la forma no invasiva, se realiza una nueva cirugía localizada seguida por inmunoterapia. “Pero cuando hay una recidiva después de dos ciclos de BCG, la indicación es la extracción total de la vejiga. En este punto de la enfermedad decidimos probar la eficacia del OncoTherad. A todos los participantes del estudio se les había prescrito la cistectomía radical, pero o no reunían las condiciones clínicas para la cirugía –a causa de edad o de enfermedades asociadas– o se rehusaban a aceptar el tratamiento recomendado”, comenta el investigador.
Durante seis semanas, los voluntarios se sometieron a aplicaciones semanales de OncoTherad dentro de la vejiga y por vía intramuscular (en los glúteos). Y durante los seis meses siguientes, las aplicaciones pasaron a concretarse cada 15 días. Por último, se hicieron aplicaciones mensuales hasta completar dos años de tratamiento. Cada tres meses, los pacientes pasaban por exámenes para monitorear la evolución del cáncer.
Al final del primer período de seguimiento, a los 18 meses, el 77,3 % de los voluntarios aún se mantenían libres de la enfermedad. En diez pacientes el tumor volvió con un grado más bajo que el observado antes del ensayo clínico, y las lesiones se removieron mediante raspaje. En otros dos participantes, el tumor volvió después de los 18 primeros meses, también en forma atenuada. A nadie tuvo que extirpársele la vejiga hasta ahora.
Entre los efectos colaterales informados se encuentran la cistitis (la inflamación en la vejiga), el ardor al orinar, dolores en las articulaciones, la picazón en el cuerpo y la piel enrojecida, la fiebre baja y los dolores abdominales. “Fueron síntomas leves, que logramos resolver con una dosis baja de corticoides. Ningún voluntario tuvo que abandonar el tratamiento debido a los efectos colaterales”, afirma Fávaro.
Según el investigador, las próximas etapas de desarrollo del fármaco dependen de una interlocución con la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y la industria farmacéutica.
“Los ensayos clínicos multicéntricos de fase II y III –necesarios para que el medicamento salga al mercado– requieren de una estructura fabril con certificaciones de la Anvisa. La obtención de la patente en Estados Unidos nos ayudará en este proceso de interlocución con los organismos reguladores”, sostiene.
Puede leerse el estudio intitulado Role of OncoTherad Nano-Immunotherapy in BCG-unresponsive non-muscle invasive bladder cancer: an open-label and single-arm phase 1 / 2 study en el siguiente enlace: ccm.iweventos.com.br/evento/sboc2021/trabalhosaprovados/naintegra/100754.
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