Investigadores de Brasil y del Reino Unido desarrollan un abordaje destinado a la capacitación de equipos de agentes no especializados en la atención de personas mayores (foto: Wikimedia Commons)
Investigadores de Brasil y del Reino Unido desarrollan un abordaje destinado a la capacitación de equipos de agentes no especializados en la atención de personas mayores
Investigadores de Brasil y del Reino Unido desarrollan un abordaje destinado a la capacitación de equipos de agentes no especializados en la atención de personas mayores
Investigadores de Brasil y del Reino Unido desarrollan un abordaje destinado a la capacitación de equipos de agentes no especializados en la atención de personas mayores (foto: Wikimedia Commons)
Por Diego Freire | Agência FAPESP – Un grupo de investigadores ha desarrollado un programa experimental de asistencia destinado a ancianos con depresión. Luego de cinco meses de intervención domiciliaria, el 87% de los pacientes atendidos exhibió una mejoría significativa de los síntomas, que llegó incluso a la reversión del cuadro depresivo.
Este proyecto contempló la capacitación de los equipos de salud y el desarrollo de un sistema de interacción con los ancianos para su uso en tablets. Fueron atendidos en sus domicilios 33 ancianos con depresión registrados en centros de atención primaria de salud de la ciudad de São Paulo, en Brasil.
El estudio estuvo a cargo de investigadores del Hospital de Clínicas (HC) de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FMUSP) y de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, y contó con el apoyo de la FAPESP y del Medical Research Council del Reino Unido.
Este abordaje, denominado ProActive, se desarrolló en el marco del Proyecto Temático intitulado “Cluster randomised controlled trial for late life depression in socioeconomically deprived areas of São Paulo, Brazil”, coordinado por Marcia Scazufca, del Instituto de Psiquiatría del Hospital de Clínicas de la FMUSP.
“La depresión de los ancianos constituye un grave problema. La escasez de tratamientos está relacionada con la carencia de profesionales especializados en salud mental, con los altos costos de los servicios especializados y con la dificultad de detección temprana de la enfermedad en la atención primaria”, dijo Scazufca.
La investigadora comenta que el ProActive fue concebido para su aplicación en el marco de la Estrategia de Salud de la Familia del Sistema Único de Salud (SUS), en la cual el trabajo está a cargo de equipos en general formados por un médico de familia, un enfermero, dos auxiliares de enfermería y seis agentes sanitarios de la comunidad, encargados de la asistencia a la familias residentes en un determinado territorio del radio de acción del servicio.
El programa concebido en el HC de la FMUSP se basa en cuatro principios: cuidado colaborativo, tratamiento en etapas, uso de tecnología y task shifting, un abordaje recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que consiste en capacitar a no expertos para ejecutar un nuevo papel. Los agentes sanitarios de la comunidad recibieron capacitación para liderar el abordaje, realizando la atención de los ancianos en sus domicilios.
“No existen otros estudios de este tipo con ancianos en América Latina. Se trata de un abordaje pionero y de un modelo que puede adaptarse a otros países que carecen de abordajes más adecuados para el cuidado de su población anciana”, dijo Ricardo Araya, responsable de la investigación en la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
El uso de la tecnología es una de las innovaciones del ProActive. Una aplicación les brinda a los profesionales de la salud una plataforma digital de soporte, con recursos que ayudan en la toma de decisiones, en el seguimiento de cada atención realizada, en las supervisiones clínicas y en los contactos de emergencia con el supervisor, entre otras funciones.
Cada atención responde a una secuencia que empieza por el recabado de información –sobre síntomas de depresión y otros problemas de salud– con base en cuestionarios presentes en la aplicación, cuyos datos se emplearán en las etapas siguientes. También se exhiben videos educativos, que plantean estrategias tendientes a abordar los problemas de la depresión y motivan a los pacientes a comprometerse con su propio cuidado.
“Se trata de técnicas sencillas de psicoeducación y de activación de comportamientos que la literatura demuestra que son eficaces en el tratamiento de la depresión en atenciones breves”, dijo Scazufca.
Una de estas técnicas consiste en presentar, mediante un video narrado por una actriz, la “rueda del desmejoramiento y la mejoría”, que ayuda a entender de qué modo determinados comportamientos ante los síntomas de la depresión pueden ayudar a un anciano a sentirse mejor o terminan por empeorar su condición.
Una animación muestra a dos personajes con depresión que adoptan comportamientos opuestos en momentos de mayor desaliento: mientras que uno decide telefonearle a un amigo o dar una vuelta por el barrio y se siente mejor así, el otro no hace nada y se ve abrumado por un desgano mayor. La narradora sugiere que, “para que la rueda gire en dirección hacia la mejoría”, el anciano debe pensar en iniciativas que puedan ayudarlo a sentirse mejor junto con el agente sanitario.
Agentes que no son especialistas
La aplicación también se utiliza para planificar las actividades del paciente entre cada encuentro. La respuesta del anciano durante la fase inicial determina la frecuencia de la atención que recibe, que puede variar de ocho a 11 encuentros en el transcurso de los cinco meses de intervención.
Los datos que surgen de las atenciones pasan por una curaduría y quedan disponibles en una plataforma online privada a la que se puede acceder a través de una interfaz web.
“Todo el contenido de la aplicación se desarrolló considerando que los agentes no son especialistas en salud mental. Éstos llevan en sus manos una herramienta sumamente importante para ayudar en la atención y estandarizar las acciones”, dijo Scazufca.
Para la investigadora, este abordaje permite optimizar los costos de los sistemas de salud, lo cual hace posible atender a una cantidad mayor de gente y previene otros problemas de salud.
“La depresión tiene impactos negativos importantes sobre la calidad de vida, sobre las relaciones, sobre la capacidad funcional y sobre la utilización de los servicios de salud. Asimismo, está asociada con enfermedades crónicas comunes en el envejecimiento, tales como la diabetes y la hipertensión. Lo que se observa en Brasil y en otros países es que los sistemas de salud aún no están preparados para dar cuenta de las necesidades sanitarias de los ancianos con depresión”, dijo.
Con el éxito del programa piloto, los investigadores se aprestan ahora a realizar un ensayo clínico con miras a evaluar el costo y la efectividad del ProActive a gran escala y la factibilidad de su incorporación al Sistema Único de Salud.
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