Es una prueba desarrollada por la startup brasileña BiDiagnostics con el apoyo de la FAPESP y promete un diagnóstico más veloz y preciso de una micosis profunda causante de heridas graves y potencialmente fatales entre felinos domésticos (foto: Wikimedia Commons)
Es una prueba desarrollada por la startup brasileña BiDiagnostics con el apoyo de la FAPESP y promete un diagnóstico más veloz y preciso de una micosis profunda causante de heridas graves y potencialmente fatales entre felinos domésticos.
Es una prueba desarrollada por la startup brasileña BiDiagnostics con el apoyo de la FAPESP y promete un diagnóstico más veloz y preciso de una micosis profunda causante de heridas graves y potencialmente fatales entre felinos domésticos.
Es una prueba desarrollada por la startup brasileña BiDiagnostics con el apoyo de la FAPESP y promete un diagnóstico más veloz y preciso de una micosis profunda causante de heridas graves y potencialmente fatales entre felinos domésticos (foto: Wikimedia Commons)
Por Fábio De Castro | FAPESP Investigación para la Innovación – En los últimos años han empezado a multiplicarse los casos de una enfermedad dermatológica de los gatos llamada esporotricosis, causada por hongos del género Sporothrix sp. Se trata de una micosis profunda, que produce lesiones en la piel y que los gatos domésticos infectados les transmiten a los seres humanos a través de sus arañazos o mordeduras.
A los efectos de facilitar su detección, y con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP, la empresa BioInsumos e Diagnósticos (BiDiagnostics), una startup con sede en São Paulo, Brasil, desarrolló un nuevo test rápido para el diagnóstico de esta enfermedad en gatos.
Este nuevo test detecta en los animales la esporotricosis transmitida por la especie Sporothrix brasiliensis, responsable de la forma más prevalente y virulenta de la enfermedad, cuyos casos se han multiplicado en los últimos años a punto tal que la Organización Panamericana de la Salud (OPAS) la considera una hiperendemia zoonótica en América del Sur. La empresa ya había desarrollado, también con el apoyo del PIPE-FAPESP, un test para la detección de esta dolencia en humanos.
Con un método mínimamente invasivo, esta prueba asegura un diagnóstico más rápido y preciso de la esporotricosis y podrá ser utilizársela directamente en los consultorios veterinarios para realizar el triaje diagnóstico, acelerando el tratamiento y mejorando las posibilidades de cura. Si bien no causa lesiones severas en humanos, en los gatos esta afección suele producir heridas graves y potencialmente fatales.
De acuerdo con la genetista Maria Griselda Perona, responsable del área de investigación y desarrollo de BiDiagnostics, no existen hasta ahora herramientas diagnósticas para la esporotricosis felina que puedan utilizar directamente los médicos veterinarios en sus consultorios.
“En el primer proyecto el enfoque fue el desarrollo de un test de laboratorio para humanos, y en el segundo, el test rápido aplicado a gatos. La principal diferencia entre ambos es el antígeno que le da especificidad para la detección del S. brasiliensis, la principal especie patogénica. El objetivo ahora es transformar esta prueba −para humanos y para animales– en productos que serán pioneros en el mercado brasileño”, afirma Perona.
Según la investigadora, en el primer proyecto PIPE-FAPESP, la empresa obtuvo la prueba de concepto para el test del tipo ELISA aplicado a humanos y desarrolló una adaptación del test para felinos. En el segundo proyecto PIPE-FAPESP, culminado a finales de noviembre pasado, se revalidó el test serológico y se lo transpuso a un piloto del test rápido aplicado a animales, dentro del concepto conocido como Point of Care (POC).
“El concepto de POC es una tendencia mundial y hace alusión al test aplicado en la punta, es decir, en el consultorio del veterinario. Nuestro test permite que el profesional realice el diagnóstico en 15 minutos, para clasificar a los felinos con sospecha de esporotricosis. Esto disminuye los costos, simplifica la logística y acorta el tiempo de diagnóstico”, explica.
Según la investigadora, en la actualidad el cultivo micológico es el método utilizado para testear animales con sospecha de esporotricosis. El médico veterinario efectúa la extracción del material con hisopos y lo envía para su cultivo en laboratorio, a los efectos de identificar al hongo.
Con todo, la tasa de falsos negativos es alta, pues el hongo eventualmente puede no estar concentrado en el área en donde se extrajo la muestra. “Lo que propusimos es un test serológico que no reemplazará a las herramientas diagnósticas, sino que se sumará a ellas, de manera tal de aumentar la certeza del diagnóstico del animal”, dice Perona.
“Entendemos que los test que desarrollamos para humanos y animales constituyen las dos caras de la misma moneda y que sería más provechoso trabajar simultáneamente con ambos. Nuestro enfoque ahora consiste en pasar a otro nivel tecnológico en ambos test”, añade.
De acuerdo con la investigadora, la próxima fase comprenderá el estudio de factibilidad, adaptaciones para la producción industrial, el registro ante agencias reguladoras y otros requisitos que permitirán llevar ambos test a la cinta de producción. La investigadora explica que, aunque tienen dos mercados distintos, los test para humanos y felinos poseen una base común, pues tienen principios activos muy similares.
Si bien aún no ha salido al mercado, el test ELISA para humanos, desarrollado en el marco del primer proyecto, ha tenido tanto éxito que la empresa lo ofrece mediante una colaboración con el Hospital de Clínicas, el complejo hospitalario administrado por la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP).
Inmunocromatografía
Según Perona, desde el primer proyecto, los investigadores tenían en mente el desarrollo del test para felinos, pero la idea tropezaba en un problema práctico que se detectó en el año 2019, cuando participaron en la 12ª Capacitación PIPE en Emprendimientos de Alta Tecnología de la FAPESP, y realizaron 105 entrevistas con potenciales interesados en esta tecnología (lea más en: https://agencia.fapesp.br/31925).
“Los veterinarios con quienes conversamos manifestaron preocupación con el manipuleo de los felinos al momento de extraer las muestras de sangre necesaria para realizar los test, una situación de estrés para los animales en los consultorios. Para efectuar una prueba serológica, es necesario extraer alrededor de un mililitro de suero de la sangre del animal, una pequeña cantidad que, empero, constituye un gran problema práctico”, dice.
Los investigadores superaron este problema en el segundo proyecto, al crear el test rápido que, con una sola gota de sangre, genera una respuesta cualitativa, es decir, apunta si el animal está infectado o no. “Para detectar los antígenos, aplicamos inmunocromatografía, una técnica de separación. Como en los test de embarazo, se utiliza una tirita de papel que es una membrana especial. Con una gota de sangre, es posible detectar los anticuerpos resultantes de la presencia del hongo S. brasiliensis”, afirma.
El diagnóstico diferencial es sumamente importante en el caso de la esporotricosis. Sucede que sus síntomas se confunden fácilmente con los de otras lesiones de la piel, e incluso con las provocadas por peleas y el maltrato. “Con esa confusión frecuente, es común que se los trate a los animales tópicamente y así no mejoran. Cuando se llega al diagnóstico, el tratamiento se hace más difícil y los animales suelen haber contaminado ya a otros gatos y a personas”, dice.
Según la investigadora, la OPAS emitió una alerta en el año 2019 que apunta que existen casos de esporotricosis causada por S. brasiliensis en Argentina, Paraguay, Bolivia y Colombia. Como no en todos los lugares la enfermedad es de notificación obligatoria, es probable que los datos oficiales de cantidades de casos se encuentren subestimados.
“Hay una serie de características que hicieron que el patógeno se adaptase a las condiciones, por selección natural, a punto tal de producir una hiperendemia”, explica Perona.
De poca gravedad en humanos
De acuerdo con la investigadora, el primer caso de esporotricosis en felinos en Brasil se describió en la década de 1950, pero hasta 2015 se adjudicaba erróneamente esta enfermedad a la especie Sporothrix schenckii. “La S. brasiliensis fue descrita en 2007, pero recién en 2015 se confirmó que era la responsable de la transmisión de la enfermedad”, dice.
Los boletines epidemiológicos recientes registraron entre centenas y miles de casos humanos, con un crecimiento exponencial de la cantidad de pacientes anuales. Entre gatos, según Perona, la enfermedad se propaga por Brasil sin ninguna perspectiva de control epidemiológico. Los casos notificados en Río de Janeiro en 2019, por ejemplo, llegaron al 10 % de la población felina de la ciudad. La población de gatos domésticos está estimada en 24 millones de ejemplares en Brasil.
De acuerdo con la investigadora, en la mayor parte de los casos, la enfermedad en los gatos es tratable y curable. Pero o tratamiento, con un antifúngico, puede ser largo. “Dura de mínima entre tres y cuatro meses, y puede extenderse hasta un año. No es algo trivial darle ese medicamento a un gato, pero es posible curarlos. Cuanto antes comience el tratamiento, mejor es el pronóstico. Por eso es tan importante contar con un diagnóstico preciso y precoz”, subraya.
En humanos, en general, la enfermedad no es tan grave, pero puede producir heridas en un solo lugar del cuerpo o en diversas partes dispersas por áreas asociadas al sistema linfático. “Según los informes existentes en la literatura, los humanos no pueden transmitir la enfermedad. Pero los gatos, aparte de enfermarse, se la transmiten a otros animales y a las personas”, compara Perona.
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