Científicos de una compañía de São Paulo lograron recombinar los extractos presentes en los residuos de la fruta bajo la forma de una miniemulsión que constituye la base de un producto antienvejecimiento para la piel (foto: divulgación / Rubian)

Una empresa brasileña lanza un cosmético elaborado con el bagazo del maracuyá
14-10-2021
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Científicos de una compañía de São Paulo lograron recombinar los extractos presentes en los residuos de la fruta bajo la forma de una miniemulsión que constituye la base de un producto antienvejecimiento para la piel

Una empresa brasileña lanza un cosmético elaborado con el bagazo del maracuyá

Científicos de una compañía de São Paulo lograron recombinar los extractos presentes en los residuos de la fruta bajo la forma de una miniemulsión que constituye la base de un producto antienvejecimiento para la piel

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Científicos de una compañía de São Paulo lograron recombinar los extractos presentes en los residuos de la fruta bajo la forma de una miniemulsión que constituye la base de un producto antienvejecimiento para la piel (foto: divulgación / Rubian)

 

Por Fábio de Castro  |  FAPESP Investigación para la Innovación – El bagazo del maracuyá, que generalmente se descarta en la industria de jugos, posee compuestos bioactivos cuyas propiedades tienen aplicaciones prometedoras en el mercado de cosméticos. Estos residuos industriales se han convertido ahora en la materia prima de un producto antienvejecimiento para la piel elaborado en forma sostenible, con testeada y probada actividad antioxidante.

Con el apoyo del Programa FAPESP de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE), la empresa Rubian Extratos, con sede en la localidad de Sumaré (en el interior del estado de São Paulo, Brasil), desarrolló una miniemulsión que constituye la base del complejo antioxidante Rejuvenate. Esta innovación también posee potencial en otras diversas rutas de aplicación.

De acuerdo con el ingeniero químico Eduardo Aledo, uno de los socios de la empresa, el proyecto incluyó una batería de pruebas para comprobar el rendimiento y la seguridad del producto.

“El bagazo del maracuyá es un residuo de la industria de jugos que se desecha o, en el mejor de los casos, se lo emplea en la producción de alimentos para animales. Nuestro objetivo consistía en transformar ese desecho en algo de valor, con un propósito de sostenibilidad”, dice Aledo.

Loa investigadores lograron recombinar los extractos presentes en el bagazo bajo la forma de una miniemulsión –un tipo de emulsión de pequeñas gotas a escala micrométrica– y realizar pruebas in vitro para detectar marcadores con poder antioxidante y de inhibición de enzimas que provocan la degradación del colágeno y de la elastina en la piel.

“Con base en ello, logramos comprobar las rutas metabólicas de actuación y los mecanismos celulares implicados en esos compuestos bioactivos”, afirma el ingeniero de alimentos Philipe dos Santos, también socio de la empresa.

Para disminuir manchas y arrugas

También se mapeó la actuación de los compuestos bioactivos presentes en el bagazo del maracuyá en el combate contra las manchas de la piel. De este modo, los investigadores comprobaron una ruta específica de actuación del Rejuvenate en la inhibición de la enzima responsable de la producción de melanina. Y se verificó a su vez un aumento de la expresión génica de marcadores relacionados con la longevidad celular.

“Además, en febrero realizamos un ensayo clínico con 16 mujeres seleccionadas y logramos comprobar algunas de las propiedades del producto, tales como la disminución de las manchas, una merma significativa del nivel de arrugas y un aumento de la hidratación facial”, dice Dos Santos.

Según Aledo, la empresa nació en 2015, tras el Desafío Unicamp, una competencia que estimula la creación de negocios basados en tecnologías y patentes de la Universidad de Campinas (Unicamp).

“La empresa surgió como una iniciativa de estudiantes de carreras de grado en el marco del desafío de la Unicamp, que constituye un estímulo a los emprendimientos en el cual la universidad pone a disposición su cartera de patentes para que los alumnos seleccionen una tecnología y desarrollen con ella un modelo de negocio”, explica Aledo.

Inicialmente, la empresa desarrolló una tecnología de producción de un extracto de la semillas del achiote o bija, para el cual también contó con un proyecto con apoyo del PIPE-FAPESP. Luego empezó trabajar en el desarrollo del producto basado en el bagazo del maracuyá.

“Establecimos nuestro modelo de negocio con base en cuatro pilares: reconocer las matrices vegetales y sus compuestos bioactivos funcionales, utilizar procesos limpios y verdes, caracterizar los productos y demonstrar de que son eficientes y seguros y, por último, un trabajo fundamentado en una propuesta de sostenibilidad”, afirma Aledo.

Como punto de partida de la innovación, los científicos se dedicaron a perfeccionar un proceso de producción limpia de los compuestos del bagazo del maracuyá, que había sido patentado en 2011 por los profesores Julián Martínez y Juliane Viaganó, de la Unicamp.

“En 2017, me llamaron para trabajar con la empresa y, con base en esa patente, trabajamos en el emulsionado de esos compuestos bioactivos para su empleo en el mercado cosmético. También en 2017 remitimos un proyecto al Programa PIPE-FAPESP y obtuvimos el apoyo”, dice Dos Santos, quien se convirtió en socio de la empresa en 2021.

En la etapa I del PIPE-FAPESP, los investigadores concretaron la validación del prototipo para verificar si los extractos poseían bioactividad y podrían utilizarse como cosméticos. En la etapa II, trabajaron en la estandarización y en la elaboración de los extractos.

Mediante el uso exclusivo de técnicas limpias, el bagazo que queda del proceso industrial pasa por un procesamiento, se lo estandariza y se lo somete a las dos extracciones que se habían patentado. Se obtienen dos extractos: uno lipídico y uno acuoso. “Ambos poseen compuestos bioactivos de interés: el extracto lipídico tiene tocotrienoles, carotenoides y ácidos grasos, y el extracto acuoso tiene polifenoles”, explica Dos Santos.

Luego se emulsionan los extractos. “Lo que hacemos básicamente es deshacer el bagazo del maracuyá y reconstruirlo en una forma emulsionada, de acuerdo con las necesidades de los clientes”, dice.

Como se trata de un residuo, existe una dificultad muy grande para estandarizarlo, según Dos Santos. Y en ello los investigadores trabajaron durante la etapa II del proyecto, con el fin de acercarse al producto final que los consumidores requieren.

“Desarrollamos un método de estandarización tendiente a remover aquello que no queremos –tallos, hojas, fragmentos de cáscara– y dejamos un poco de pulpa y las semillas. Con base en imágenes, utilizamos un algoritmo que nos permite predecir la calidad del material y si el mismo se encuentra apto para su utilización en el proceso extractivo”, afirma Dos Santos.

Se entonces sometió a la emulsión a pruebas de citotoxicidad, genotoxicidad, fototoxicidad y a testeos de sensibilización dérmica. Como la miniemulsión es un activo utilizado en una fórmula cosmética, también hubo que realizar innumerables ensayos de prototipos con distintas concentraciones. De este modo, se probó el producto en fórmulas de hidratantes faciales, en lociones de limpieza y en fórmulas utilizadas en farmacias de recetas magistrales.

“La miniemulsión mostró un amplio espectro de aplicación. Es un producto minimalista, vegano, 100 % natural y en toda su producción no se utiliza ningún insumo de origen sintético. Por eso la cantidad de rutas de aplicación es grande”, afirma Dos Santos.

Las pruebas mostraron también que el producto posee piceatanol, una molécula que es del mismo tipo que el resveratrol, una sustancia conocida como “la molécula de la longevidad”, que se aplica ampliamente en cosméticos y alimentos. “Es un resultado importante, pues el piceatanol es mejor que el resveratrol y el mercado cosmético siempre busca innovaciones”, compara Dos Santos.

De acuerdo con el investigador, este producto puede tener aplicaciones también dentro de un concepto de alimentación. “En efecto, es un producto que se puede comer. Puede tenérselo en cuenta no solamente para la suplementación tópica, sino también para la suplementación oral. En la actualidad, el mercado vinculado con los cuidados de la piel tiene un modelo sumamente asociado a la salud y a la alimentación, por eso también pensamos en las dos vías: como producto para la piel y como alimento”, explica.
 

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