Medios de cultivo y reactivos utilizados en la producción de embriones por la empresa In Vitro Brasil, cuyas investigaciones cuentan con el apoyo de un programa de la FAPESP (foto: Camila Zanitti de Oliveira)

Una empresa brasileña perfecciona la producción in vitro de embriones bovinos
10-07-2014

In Vitro Brasil, una compañía de biotecnología de reproducción animal con sede en el interior del estado de São Paulo, conquista más del 45% de participación en el mercado mundial

Una empresa brasileña perfecciona la producción in vitro de embriones bovinos

In Vitro Brasil, una compañía de biotecnología de reproducción animal con sede en el interior del estado de São Paulo, conquista más del 45% de participación en el mercado mundial

10-07-2014

Medios de cultivo y reactivos utilizados en la producción de embriones por la empresa In Vitro Brasil, cuyas investigaciones cuentan con el apoyo de un programa de la FAPESP (foto: Camila Zanitti de Oliveira)

 

Por Elton Alisson

Agência FAPESP – Durante los últimos años se han introducido en diferentes zonas de Brasil, en haciendas de ganado lechero, vacas con la alta producción característica del ganado Holandés y, al mismo tiempo, resistentes a las enfermedades, a las alteraciones climáticas y a la escasez de agua y de alimento, cualidades del ganado Gyr.

La presencia de este tipo de ganado híbrido, producto del cruzamiento genético entre estas dos razas, ha aumentando en propiedades productoras de leche de estados brasileños como Pará y Alagoas merced al empleo de una técnica de producción in vitro de embriones (PIVE) perfeccionada por la empresa In Vitro Brasil.

Esta compañía brasileña de biotecnología de reproducción animal con sede en la localidad de Mogi Mirim, en el interior de São Paulo, lleva adelante investigaciones que cuentan con el apoyo del Programa FAPESP de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) desde 2007. Con la creciente demanda de embriones más eficientes, la empresa empezó ya entonces a destinar recursos a la consolidación de su departamento de investigación, desarrollo e innovación (I, D&I).

“Poseemos más del 45% del mercado mundial de producción in vitro de embriones bovinos”, declaró Andrea Cristina Basso, directora de investigación de In Vitro Brasil, a Agência FAPESP. “En 2013 produjimos alrededor de 266 mil embriones bovinos y estimamos que nuestra participación en dicho mercado, en el cual Brasil es líder, aumentó más aún.”

La empresa fue fundada en 2002, en un momento en que la técnica de PIVE empezó a despuntar como negocio en Brasil, el primer país que hizo uso comercial de la misma.

La técnica en ese tiempo tenía ciertas limitaciones, tales como el tiempo restringido para la extracción y el envío al laboratorio de los ovocitos (las células sexuales producidas en los ovarios de los animales), sumada a la imposibilidad de congelar y almacenar los embriones. Asimismo, la producción de embriones era escasa, las tasas de gestación eran insatisfactorias y se registraban numerosos problemas al momento del nacimiento.

Por tales razones, los embriones generados mediante el uso de esta técnica eran sumamente onerosos para los ganaderos; por eso se destinaban en forma mayoritaria y únicamente a animales de alto valor genético –el llamado “ganado de élite”–, especialmente en ganado de corte de la raza Nelore, comentó Basso.

“La producción in vitro de embriones bovinos no era eficiente a punto tal de transformarse en un negocio, ni tampoco exhibía resultados significativos, pues su desarrollo era escaso todavía. Se hizo necesario volverla aplicable comercialmente”, sostuvo la investigadora.

La inversión en investigación científica

Con el fin de mejorar la tecnología, incrementar la productividad y viabilizar el uso de embriones no sólo en “animales de élite”, sino en toda la hacienda –de manera tal de acortar el lapso de tiempo entre las generaciones y acelerar el proceso de mejoramiento genético–, la empresa decidió volcar sus esfuerzos de investigación con miras a modificar los conceptos de la técnica de PIVE hasta entonces existentes.

Andrea Basso, graduada en Medicina Veterinaria en la Universidade Estadual Paulista (Unesp), campus de Jaboticabal, con maestría y doctorado por la Universidad de São Paulo (USP) con beca de la FAPESP, fue contratada en 2007, cuando la empresa empezó su primer proyecto de investigación.

Dicho proyecto, que contó con el apoyo del Programa PIPE de la FAPESP, le permitió a la empresa certificar la validez de sus medios de cultivo: los medios líquidos utilizados en la producción in vitro de embriones.

“Para asegurar que los medios de cultivo contasen con las condiciones adecuadas para los embriones, los preparábamos diariamente, antes de la salida de los técnicos rumbo a los campos para extraer los ovocitos de las vacas donantes”, comentó Basso.

“A medida que fuimos conquistando más clientes en las distintas regiones de Brasil y aumentamos la cantidad de laboratorios, ese proceso diario se volvió inviable”, dijo la investigadora.

A través análisis realizados con recursos del proyecto en el Laboratorio Thomson de Espectrometría de Masas del Instituto de Química de la Universidad Campinas (Unicamp), fue posible comprobar que los medios de cultivo embrionarios que producía la empresa mantenían su estabilidad durante 90 días.

De este modo, la compañía empezó a producir y almacenar medios de cultivo en grandes cantidades, y éstos se convirtieron en su principal producto a la hora de marcar la diferencia en el mercado.

“Ahora tenemos una flexibilidad muy grande para manipular los medios de cultivo embrionarios. Los enviamos a nuestros laboratorios y contamos con la seguridad poder trabajar con ellos durante bastante tiempo, pues tienen validez larga y se los envía sólo después de que han pasado por un riguroso control de calidad”, comentó Basso.

En tanto, con un segundo proyecto, realizado con beca de posdoctorado de la FAPESP y en colaboración con la Colorado State University, de Estados Unidos, la empresa empezó a utilizar un método de congelamiento ultrarrápido de embriones.

Dicho método, perfeccionado con herramientas desarrolladas en el marco del proyecto, demostró tal eficiencia que enseguida se convirtió en un nuevo producto comercial de la empresa. En la actualidad, alrededor del 20% de los embriones que la compañía produce se congelan y se almacenan, de acuerdo con Basso.

“Esta técnica ha modificado el concepto de fertilización in vitro en bovinos en Brasil, y ha hecho posible una mayor flexibilidad en la administración de los embriones, en el transporte hacia las distintas regiones de Brasil e incluso en la exportación”, afirmó.

Los obstáculos para la exportación

De acuerdo con Basso, uno de los principales obstáculos para exportar los embriones producidos in vitro lo constituye la falta de un protocolo sanitario entre los países.

Existe un protocolo sanitario válido únicamente para embriones producidos in vivo, en el útero de la vaca, y sometidos a ciertos tipos de tratamiento luego de su extracción con el objetivo de eliminar eventuales patógenos presentes en ellos, provenientes del semen del toro donante o de la propia donante.

En el caso de los embriones producidos in vitro, diversos estudios han mostrado que los procedimientos utilizados en embriones in vivo no son efectivos, toda vez que se hallaron patógenos en dichos embriones aun después del tratamiento, comentó la investigadora.

“Tenemos una demanda enorme para exportar embriones congelados de vacas que se adaptan bien al clima de otros países, pero no estamos en condiciones de hacerlo debido a que carecemos de un protocolo sanitario para este tipo de embriones”, dijo Basso.

La empresa pretende ahora desarrollar un protocolo para testificar ante los órganos de defensa sanitaria de Brasil y del exterior que los embriones in vitro están libres de patógenos.

“Debemos poner a disposición del resto del mundo no solamente nuestros embriones, sino también la genética de la ganadería brasileña”, indicó Basso. “Pretendemos desarrollar una metodología que compruebe que nuestro sistema de producción de embriones se encuentra libre de virus y protozoos, y que pueda ser reconocido por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil y por las entidades responsables en potenciales países compradores”, afirmó.

La empresa brasileña está presente en Sudáfrica, Rusia, Colombia, Argentina, Australia, Paraguay, Panamá, Uruguay y Venezuela, y más recientemente llegó a Estados Unidos, por medio de joint ventures con empresas de biotecnología de reproducción animal.

En Brasil, además de la sede en Mogi Mirim, posee un centro de referencia en reproducción animal en la localidad de Uberaba, Minas Gerais, y un laboratorio en Xinguara, estado de Pará.

Desde 2010 empezó a ofrecerles la tecnología de producción de embriones in vitro a diversos laboratorios que hacen las veces de filiales, ubicados en distintas regiones del país, comentó Basso.

“Esos laboratorios afiliados son empresas que tenían una tecnología de producción in vitro de embriones previamente desarrollada o que obtuvieron resultados insatisfactorios”, afirmó Basso.

“Compran nuestros medios de cultivo y nosotros les brindamos asistencia para que monten sus laboratorios y capaciten a sus técnicos en la metodología de congelamiento de los embriones”, detalló.

Según Basso, la empresa crece entre un 20% y un 25% anualmente desde que empezó a invertir en investigación y desarrollo y a modificar su plan de negocios para agregarle valor a los embriones que produce y comercializa, a los efectos de incrementar su margen de utilidades.

“Empezamos a desarrollarnos a partir del momento en que pasamos a hacer investigación científica a través de programas como el PIPE de la FAPESP para perfeccionar nuestros productos”, afirmó la investigadora, quien se convirtió en socia de la empresa.

“Hoy en día contamos con un doctor, un magíster y dos graduados, y estamos ampliando nuestro departamento de investigación, desarrollo e innovación mediante la incorporación de becarios”, comentó Basso.

Actualmente, la empresa desarrolla dos proyectos con el apoyo del Programa PIPE de la FAPESP. Uno de éstos, en colaboración con la Unesp, campus de la localidad de Araçatuba, que se encuentra en etapa de culminación, tiene por objeto la generación de marcadores genéticos tipo SNP (sigla en inglés de Single Nucleotide Polymorphism) en vacas Gyr y Girolando de alta y baja producción de ovocitos.

En tanto, en el marco de otro proyecto que tuvo inicio recientemente, y en colaboración con la USP, la empresa pretende desarrollar herramientas destinadas a la producción in vitro de embriones a partir de terneras de las razas Nelore y Holando de 3 a 5 meses de edad, y en vaquillonas pre púberes.

“Esto contribuiría a la disminución aún más significativa del intervalo existente entre las generaciones, y aceleraría ostensiblemente el mejoramiento genético de la hacienda”, sostuvo Basso. 

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