Su marcador genético para la detección de levaduras se utiliza actualmente en 30 centrales de azúcar y alcohol de cinco estados del país (foto: Genotyping Group)
Su marcador genético para la detección de levaduras se utiliza actualmente en 30 centrales de azúcar y alcohol de cinco estados del país
Su marcador genético para la detección de levaduras se utiliza actualmente en 30 centrales de azúcar y alcohol de cinco estados del país
Su marcador genético para la detección de levaduras se utiliza actualmente en 30 centrales de azúcar y alcohol de cinco estados del país (foto: Genotyping Group)
FAPESP Investigación para la Innovación – El grupo Genotyping, con sede en la localidad de Botucatu (en São Paulo, Brasil), congrega a dos empresas: Genotyping Diagnósticos Genéticos, especializada en test genéticos, y BPI – Biotecnologia Pesquisa e Inovação, que presta servicios genómicos de alta tecnología para industrias, universidades e institutos de investigación. Este holding cuenta con inversiones del Fondo de Innovación Paulista –conformado con recursos de la agencia Desarrolla SP, la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), la FAPESP, Sebrae-SP, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y Jive Investments– y de un padrino inversor.
Ambas empresas, cuyo común denominador lo constituyen la genómica y la innovación, tuvieron su origen en la investigación posdoctoral en genética de la bióloga Débora Colombi, culminada en el año 2006. Con el apoyo de la FAPESP, la investigadora estudió la expresión de la proteína mitocondrial en Saccharomyces cerevisiae, una levadura vastamente utilizada en la transformación de los azúcares de la cañamiel en alcohol. El estudio genético de esta levadura y sus diversas cepas con miras a expandir los conocimientos referentes a la actuación de la S. cerevisae en el proceso de fermentación tiene un impacto directo sobre la producción de bioetanol, como así también en la fabricación de panes y cerveza.
“Cuando ya había terminado el trabajo, me consultaron de un ingenio. Constaté que el proceso de producción de azúcar y alcohol se volvería más eficaz si se emplease otra tecnología en el estudio genético de las levaduras utilizadas en las cubas de fermentación”, comenta Colombi. En lugar de usar a tecnología de cariotipado para identificar y analizar el perfil cromosómico de las levaduras, la bióloga propuso el empleo de microsatélites, marcadores genéticos constituidos pequeñas secuencias del ADN repetidas con un mayor contenido de información genética.
Para dar cuenta de esta demanda, Colombi creó Genotyping Laboratorio de Biotecnologia. En el año 2011, le aprobaron el proyecto que remitió al Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE). Con ese apoyo de la FAPESP desarrolló marcadores moleculares con el objetivo de diferenciar cepas de levaduras durante el proceso de fermentación del alcohol. “La tecnología de microsatélites se validó en las centrales. Y se mostró efectivamente mucho más rápida y eficaz que la de cariotipado”, afirma Colombi. Esta solución se convirtió en un éxito en el mercado de azúcar y alcohol, y la empresa obtuvo el aporte de un padrino inversor.
La diversificación del mercado
Genotyping Laboratório de Biotecnologia tenía como principal mercado al sector de azúcar y alcohol, lo cual obligaba a la empresa a hacerse y mantener medios y modos de sobrevivir durante el período ubicado entre las zafras de la caña de azúcar. El dominio de la tecnología de marcadores genéticos abrió una nueva oportunidad de negocios y de ingresos: los test genéticos. “Utilizamos la tecnología de secuenciación de segunda generación para ofertar test genéticos al mercado”, dice Colombi.
Durante un cierto lapso de tiempo, la empresa se repartió entre las actividades de laboratorio genético destinadas al público en general y las de investigación e innovación con foco en la industria de azúcar y alcohol, las universidades y los institutos de investigación.
El trabajo se duplicó sin comprometer las actividades de investigación. En 2013, Colombi remitió un nuevo proyecto al PIPE para resolver otro grave problema de los ingenios: el de la contaminación bacteriana. El objetivo consistía en identificar a los microorganismos presentes en el proceso de fermentación que pueden comprometer la producción.
En el marco de ese proyecto, la empresa utilizó técnicas de metagenómica para identificar a las bacterias, y de metatranscriptoma para conocer la expresión del gen de las bacterias presentes en las muestras. Se esperaba con ello poder ofrecerles a las centrales productoras una especie de kit de solución rápida para casos de contaminación durante el proceso de fermentación, que en general se extiende durante entre seis y ocho horas.
El producto quedó listo y se le dio el nombre de MetaID. Pero no brindaba respuestas con la rapidez que se le requería desde los ingenios. El mayor legado del proyecto, según Colombi, fue el dominio de las herramientas de la metagenómica, lo que le permitió a la empresa afrontar la demanda de universidades e institutos de investigación en lo referente a tecnologías relacionadas con transcriptomas, la secuenciación completa de genomas y el descubrimiento de variantes, entre otras. Tal conocimiento contribuye actualmente para que BPI pueda prospectar nuevos mercados, tal como el de cosméticos, por ejemplo.
En 2015, cuando la empresa recibió el aporte de inversiones del Fondo Paulista de Innovación, una de las recomendaciones fue la de dividirse. “Creamos el holding Genotyping. Ahora, Genotyping Diagnósticos Genéticos atiende todo aquello que es humano y BPI se dedica a hacer investigación y desarrollo”, resume.
Genotyping Diagnósticos cuenta actualmente con 10 empleados, la mitad de ellos con títulos de doctores, magísteres o especialistas, en tanto que BPI cuenta con cinco empleados, dos de ellos doctores. En 2016, ambas empresas exhibieron una facturación muy similar. “Y en 2017, por lo que todo indica, la facturación de Genotyping Diagnósticos Genéticos será mayor”, vaticina Colombi.
A juicio de la bióloga, la diferencia de desempeño a favor de Genotyping Diagnósticos es producto de que las empresas privadas de medicina aceptan desde 2016 la realización de algunos análisis genéticos en los cuales tecnología de secuenciación de nueva generación (NGS). “Y eso le hace sumar puntos a la empresa”. Como contrapartida, dice Colombi, la retracción en el desempeño referente a BPI puede estar relacionada con la merma de la oferta de fondos oficiales que patrocinen investigaciones en las universidades e institutos de investigación y con las menores inversiones del sector de azúcar y alcohol.
Más allá de estos problemas, el marcador genético de BPI para la detección de levaduras, que lleva el nombre LeveID, se utiliza en 30 centrales productoras de los estados de São Paulo, Goiás, Mato Grosso, Minas Gerais y Paraná. Y la empresa pretende expandir este mercado.
Las investigaciones también avanzan. “Seguimos buscándole una solución al tema de la contaminación con bacterias”, comenta Colombi. La empresa estudia, nuevamente con el apoyo del Programa PIPE, la producción de un kit de identificación de bacterias con detección instantánea, con el empleo como base de nanopartículas de oro modificadas con anticuerpos específicos para la determinación selectiva de los principales contaminantes. “Las centrales productoras podrán contar con una respuesta en 20 minutos”, adelanta.
Genotyping Diagnósticos Genéticos
genotyping.com.br
Contacto: contato@genotyping.com.br
BPI – Biotecnologia Pesquisa e Inovação
bpibiotecnologia.com.br
Contacto: contato@bpibiotecnologia.com.br
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