La participación de la sociedad civil es indispensable para preservar el patrimonio cultural

Así lo sostuvieron los expertos que debatieron durante la 7ª Conferencia FAPESP 60 años. Los participantes presentaron propuestas que podrían ayudar a las instituciones a superar el crónico déficit de recursos en Brasil

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – En los últimos años, grandes desastres menguaron el patrimonio cultural de Brasil. Basta recordar los incendios del Museo Nacional, en 2018, y de la Cinemateca Brasileña, en 2021. A juicio de quienes entienden del tema, se trató de tragedias anunciadas, que tarde o temprano iban a suceder, dado el grado de incuria en que se encontraban esos espacios públicos, estrangulados por la falta de recursos y por la falta de atención de los poderes presuntamente responsables.

Este fue el tema de la 7ª Conferencia FAPESP 60 años, que tuvo lugar el pasado día 8 de diciembre. Dicho evento, realizado en forma online e intitulado “Gestión y Políticas para el Patrimonio Cultural”, contó con la participación en carácter de moderadora de Renata Vieira da Motta, presidenta del Comité Brasileño del Consejo Internacional de Museos (Icom Brasil). Y reunió a dos especialistas de alto nivel: Carlos Augusto Calil, de la Universidad de São Paulo (USP), y Nivaldo Vieira de Andrade Junior, de la Universidad Federal de Bahía (UFBA).

Calil es docente de la Escuela de Comunicación y Artes (ECA-USP), exdirector de la antigua Empresa Brasileña de Filmes (Embrafilme), de la Cinemateca Brasileña y del Centro Cultural de São Paulo, y exsecretario municipal de Cultura de São Paulo entre 2005 y 2012. Andrade Junior es docente de la Facultad de Arquitectura de la UFBA, expresidente nacional del Instituto de Arquitectos de Brasil (IAB) y miembro del Consejo Consultivo del Patrimonio Cultural del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan).

La apertura contó a su vez con la participación del profesor Luiz Eugênio Mello, director científico de la FAPESP.

“Conocí el Museo Nacional en 1979. Desde aquel entonces, el incendio ya estaba ‘contratado’. solamente faltaba completar la fecha”, dijo Calil, quien enfocó el tema desde la perspectiva histórica, apuntando hacia las innumerables penurias y las pocas, pero prometedoras vitorias. El profesor de la ECA-USP puso especialmente de relieve la actuación del Iphan, cuya supervivencia durante más de 80 años calificó como “prodigiosa”.

Más allá de la mera constatación, Calil presentó algunas propuestas que podrían hacer que las instituciones ligadas al patrimonio cultural superen su crisis crónica: la desvinculación de su gestión de los gobiernos, transformándolas en instancias del poder público no sujetas al juego electoral y a los intereses partidarios; la autonomía de sus directivos para negociar con los sectores públicos y privados; la creación de fondos de recursos destinados a esas instituciones, para emanciparlas de las retenciones presupuestarias; el otorgamiento de mandato a las direcciones, para que no se las cambie con cada cambio de gobierno, y, finalmente, la creación una cultura de la ejecución financiera equilibrada.

“En Brasil no existe la cultura de la colaboración entre los entes gubernamentales, ni siquiera en el interior de un mismo partido o entre las diferentes áreas de un mismo organismo público”, afirmó Andrade Junior, quien abordó especialmente la cuestión del patrimonio edilicio, arquitectónico y urbano, de la ciudad de Salvador, la capital del estado de Bahía.

El arquitecto informó que existen en el centro antiguo de Salvador 1.500 inmuebles en desuso y en proceso de degradación. “La privatización no debería tomarse como un tabú ni tampoco como una panacea. Existen muchos inmuebles que podrían privatizarse. Pero es un absurdo transformar un edificio simbólico como el Palacio Rio Branco, la antigua sede de la gobernación Bahía, en un hotel de lujo, como se está haciendo”, subrayó.

Vieira de Andrade Junior sostuvo que la gestión autónoma del patrimonio cultural de Quito, en Ecuador, constituye un ejemplo que ha de seguirse.

Las asociaciones público-privadas

Al abordar el tema de la relación público-privada en la sesión de preguntas y respuestas, Calil afirmó que las asociaciones son inevitables. “Pero no puede ser una administración privada de recursos públicos. Es necesario que existan contrapartidas. La transferencia del 100 % de los recursos públicos al sector privado es algo que no existe en ningún otro país del mundo”, argumentó.

Tanto Calil como Vieira de Andrade Junior pusieron de relieve la necesidad de que exista un tercer actor en esa composición: la sociedad civil, ya sea organizada o constituida por la población local, e implicada directa. Un ejemplo auspicioso es la Sociedad de Amigos de la Cinemateca (SAC), que reasumió su protagonismo con el propio Calil en la presidencia.

Puede accederse al evento completo en el siguiente enlace: fapesp.br/15201. 

Y los videos de las seis conferencias anteriores se encuentran disponibles en: 60anos.fapesp.br/conferencias.