Se han desarrollado pocos fármacos innovadores durante las últimas décadas, según advierten científicos brasileños (foto: Miguel Boyayan/ Revista Pesquisa FAPESP)

Pese a los avances, las enfermedades olvidadas aún requieren atención
21-03-2019
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Se han desarrollado pocos fármacos innovadores durante las últimas décadas, según advierten científicos brasileños

Pese a los avances, las enfermedades olvidadas aún requieren atención

Se han desarrollado pocos fármacos innovadores durante las últimas décadas, según advierten científicos brasileños

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Se han desarrollado pocos fármacos innovadores durante las últimas décadas, según advierten científicos brasileños (foto: Miguel Boyayan/ Revista Pesquisa FAPESP)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Aunque configuran el 11% de la incidencia de enfermedades en el mundo, las llamadas dolencias olvidadas son objeto de una pequeña fracción de los medicamentos que se desarrollan anualmente.

Entre enero de 2012 y septiembre de 2018, salieron al mercado 256 nuevos fármacos, pero tan sólo ocho, el 3,1%, tenían en la mira enfermedades olvidadas. La marca actual supera a la del período comprendido entre 1975 y 1999, cuando sólo el 1,1% se orientó hacia éstas, pero es menor que la del período 2000-2011, cuando el 4,3% de los medicamentos nuevos se destinó a este tipo de males.

Bajo ese nombre se agrupa al paludismo, las enfermedades diarreicas y la tuberculosis, además de las 20 enfermedades tropicales desatendidas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tales como el dengue, el chikunguña, la enfermedad de Chagas y la leishmaniasis, entre otras.

El estudio más reciente sobre estas dolencias salió publicado en The Lancet Infectious Diseases. El mismo, firmado por dos investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, muestra que aún queda mucho por hacerse, fundamentalmente en lo que atañe a las enfermedades tropicales desatendidas.

Ninguna de las nuevas entidades químicas, entre 2012 y 2018, se destinó a enfermedades tropicales desatendidas, aunque sí a la malaria o paludismo y a la tuberculosis. Los nuevos tratamientos para la tuberculosis (con bedaquilina), con un nuevo mecanismo de acción, y para la malaria por Plasmodium vivax (tafenoquina) constituyen novedades significativas de los últimos 40 y 60 años, respectivamente.

“Los otros seis fármacos aprobados desde 2012 hasta los días actuales para ese grupo de enfermedades fueron reposicionados, biológicos o nuevas fórmulas. Los medicamentos reposicionados, por ejemplo, se aplicaban en el tratamiento de otras enfermedades y terminó aprobándoselos para nuevos usos clínicos. En todos los casos no se trata de lo que llamamos de nuevas entidades químicas, que son fruto de innovación con relación a la diversidad química y a la aplicación terapéutica”, dijo Adriano Andricopulo, docente del Instituto de Física de São Carlos (IFSC) de la USP y uno de los autores del referido estudio.

El investigador suscribe el texto junto a Leonardo L. G. Ferreira, quien contó con una beca doctoral y una beca posdoctoral de la FAPESP.

Ambos son investigadores del Centro de Investigación e Innovación en Biodiversidad y Fármacos (CIBFar), uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (CEPIDs) financiados por la FAPESP.

La OMS estipuló como meta para 2030 acabar con las epidemias de enfermedades olvidadas. Asimismo, la Declaración de Londres sobre Enfermedades Tropicales Desatendidas, de 2012, estableció planes de acción para controlar, eliminar o erradicar diez de esas enfermedades en 2020.

“Al incorporar ciencia y tecnología en la frontera del conocimiento, la investigación y el desarrollo de medicamentos para enfermedades olvidadas progresó considerablemente. Sin embargo, este estudio revela que existe una gran distancia entre el impacto de esas enfermedades y el desarrollo de nuevas terapias destinadas a las mismas”, escribieron los autores.

Con todo, los científicos ponen de relieve el gran avance que implicará la autorización de uso del fexinidazol para tratar la tripanosomiasis humana africana en 2019. “Ahora está probándoselo contra la enfermedad de Chagas”, dijo Andricopulo.

El investigador de la USP es el responsable de una de las cinco propuestas aprobadas en el marco de la convocatoria de la FAPESP junto al Medical Research Council (MRC) y el Newton Fund, del Reino Unido, para enfermedades infecciosas desatendidas. Durante los próximos tres años, los grupos de Andricopulo y de Kevin David Read, de la Drug Discovery Unit (DDU), de la Universidad de Dundee, Escocia, investigarán la utilización de productos naturales bioactivos con la mira puesta en el descubrimiento de nuevos fármacos destinados al tratamiento de la leishmaniasis y la enfermedad de Chagas.

Puede leerse el artículo intitulado Drugs and vacines in the 21st century for neglected diseases (doi: https://doi.org/10.1016/S1473-3099(19)30005-2), de Leonardo L. G. Ferreira y Adriano D. Andricopoulo, en el siguiente enlace: www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(19)30005-2/

 

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